Muchas veces nos dicen "no llores" y tantas otras hacemos caso.
Cuando niños, "el que llora es niña", es cotidiano. Todo esto viene a cuento porque hace unos días mi hijo hizo su primera comunión. Y mientras la ceremonia transcurria me puse a llorar como la mismisima María Magdalena.
No se como ni porque pero el hecho es que a media ceremonia comence a sentir en mi corazón una arritmia, poco después senti que mi corazón daba un vuelco e instantes más adelante estaba con los ojos rasantes de lágrimas.
No se a que atribuirlo, y pensandolo bien, no pretendo razonar al respecto. Simple y llanamente me sentí feliz y ahora entiendo a aquellos que lloran de felicidad.
Lo único de lo que si estoy seguro es que por primera vez en mi vida estoy completamente seguro de que Dios existe y que toco mi corazón, a través de mi hijo.
Saludos a todos
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1 comentario:
q lindo!!!!
no hay nada mas bello q llorar de alegría!!!
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