lunes, 26 de octubre de 2009

A los tres días apestan

Dice el dicho: ”el muerto y el arrimado a los tres días apestan”; en este caso, ni muerto ni arrimado, pero viví en carne propia la desesperación de tener un “invasor” en mi casa.

Resulta que mi esposa tuvo que guardar reposo (no reposo absoluto, pero nada de cargar, hacer movimientos bruscos, estirarse, etc.) y mi suegra se ofreció a ir a nuestra casa durante 15 días para ayudarle y acompañarle.

Los primeros dos días todo bien, mi esposa descanso lo necesario. El problema inicio al tercer día cuando por alguna razón no fui a mi oficina durante la mañana. Aproveche para levantarme un poco más tarde y mientras mi esposa se bañaba yo decidí que podía tender mi cama. Durante los poco más de 8 años que tenemos de casados mi esposa y yo hemos encontrado una forma en la que nos gusta tender la cama (formas hay mil, pero ese es tema de otro post) y la tendí como la hemos tendido durante este tiempo. Mi sorpresa llego cuando después de llevar a mis hijos a la escuela regreso y mi suegra esta tendiendo mi cama, ¿qué?, si tendiendo mi cama que yo había tendido hace menos de 30 minutos. Le pregunté que por que la tendía si yo ya lo había hecho y su respuesta fue: “Porque estaba mal tendida”. Para no armar un desmadrito, preferí reservar mi comentario y seguí de largo. Cuando creo que es hora de ir a la cama, descubro que tengo una pijama que gusta de jugar escondidillas, no la encuentro por ningún lugar; en el proceso noto que los cajones de mi closet están acomodados de distinta forma, y aquí si, estallé, mi suegra acomodo la ropa como ella cree que esta bien acomodada y no como yo se que me gusta.

Al siguiente día (sábado) estábamos comiendo y mi suegra preparo comida típica, sin embargo ella tiene un gusto extraño por el ajo, ajo en exceso, yo como buen hombre comí mi platillo sin decir más, me ofreció más pero me rehusé y posteriormente dijo: “yo creo que no te gusto” y yo conteste: “señora, la comida esta bien pero me sirvió mucho y ya no quiero”. Al terminar la comida dije, “mañana yo cocino”

Llego el domingo y preparé una deliciosa lasaña y una ensalada verde con vinagreta. Mi suegra comenzó a comer su porción, le pregunté si le había gustado y me dijo que si, que no estaba mal, entonces le serví otra porción, me dijo que no quería más y le dije “si, usted se va a comer lo que yo le sirva así como usted me obliga a comer lo que me sirve” En la noche solo escuchaba que se levantaba al baño, creo que fue mucha comida.

A partir de ese momento entendió que lo que mi esposa necesitaba era compañía y no una chacha.

Siguió una semana más con nosotros hasta el pasado sábado cuando la lleve a primera hora a su casa, cuando regresé mi esposa me vio y me abrazo y me dijo: “ya no veía la hora en que se fuera mi mamá”

7 comentarios:

Unknown dijo...

Jajajajaja
primera que bueno que tu esposa esta mejor y ya esta en tu casa.
Segunda uno como sea se acostumbra sus roles, a su modo de acomodar las cosas d ecomer y tanto uno como la pareja se adaptan a su nuevo estilo de vida y bueno seran tus padres y todo lo que quieras pero aveces no hay nada mejor que estar en casa solitos jejejje, lo bueno que ya se fue.
Saludos!!!!!

Diana. dijo...

fijate que a mi no me ha pasado con mi suegra, porque ni siquiera me he casado, lo que si te puedo decir es que he experimentado dos visitas en mi casa, que se quedaron más de un año en mi casa y que aparte de acomodar como les de su gana las cosas, no hacían nada ni aportaban nada..
lo bueno es que ya se fueron, una era una prima, y otra era amiga de mi hermana..
y ahi aplico que el muerto y el arrimado a los 3 días apesta..

feliz lunes!!

Zereth dijo...

Luego me pasas la receta de lasagna, por si se ofrece con alguna visita incómoda!


Besos

El hombre del traje gris dijo...

Pues no era muerto pero si podría contar como arrimado...
que ganas... como detesto qeu alguien acomode mis cosas :S

Cl@udette dijo...

En efecto era compañía no mucama y mucho menos chef....por eso es que NO me gustan las visitas, como que algo pierde estabilidad cuando las hay, asi que ni me gusta que me las hagan, ni las hago, solo las de cortesia y que son de un ratito

Saludos

LUMPENPOETA dijo...

Compadre, es Usted un valiente y sabe dar cachetadas con guante de lasaña, perdón, blanco. Estos posts están de maravilla.

Saludos de un disque poeta.

Diana. dijo...

ya habia comentado aqui,

pero nomas escribo para decirte que te deje un pequeño regalo en mi blog
pasa a recogerlo..

saludos y buen dia..!!!