jueves, 6 de noviembre de 2008

Nada más barato que un elogio


"Tal vez suceda que una vez cada siglo la alabanza eche a perder a un hombre o lo haga insufrible. Pero es seguro que una vez cada minuto algo digno y generoso muere por falta de elogio."
John Masefield

El poeta inglés nacido a finales del siglo XIX, me ha hecho reflexionar acerca de los elogios que hacemos durante nuestra vida.

Por alguna extraña razón somos muy propensos a ver lo desagradable, lo mal hecho, lo negativo en las personas, cosas o situaciones en la que nos vemos envueltos. Creo que mucho de esto viene desde nuestra infancia. Cuando niños nuestros papás nos dicen, " no hagas eso ", " no rompas eso", "no comas eso", "no corras", "no tires nada", etc. y solo por mencionar algunos.

Esto se extiende a nuestra adolescencia, nuestra juventud e incluso la madurez. Al menos en mi caso, he escuchado a más de un jefe decir a su colaborador "no debiste hacerlo sin consultarme", " mejor hubieras esperado".

El día de ayer sucedio en mi trabajo algo en verdad curioso. Usualmente yo no soy un jefe que de ordenes, unicamente planteo el objetivo al equipo y casi siempre solo guio su trabajo
y doy mi opinión en dos circunstancias: cuando me piden mi opinión o cuando veo que las cosas se estan saliendo de control; en otras palabras aplico el principio de subsidiaridad, aquel que dice que "tanto padre como sea necesario y tanto hijo como sea posible".

Sin embargo ayer por alguna extraña razón (tal vez porque estabamos a punto de perder un lote de producción muy valioso)mientras ocurrio una falla en nuestro sistema eléctrico, tome el control absoluto de la situación y simplemente me dedique a dirigir a todo el personal que estaba interviniendo.

Creo que es la primera vez en la vida que lo hago de esa forma y en verdad me sentí bien. No creo que la sensación de bienestar se haya derivado de tener el mando, antes bien la sensación de bienestar se debio a que mis colaboradores entendieron que era la unica forma en que las cosas iban a salir bien.

Mientras la emergencia estaba en curso, llegaron dos colegas a preguntar un tanto asustados que es lo que estaba pasando y cual era la gravedad del asunto, les explicaba a grandes rasgos y trataba de hacerles entender que todo estaba bajo control, de repente comienza a sonar el celular y era mi jefe (no se de que manera mi jefe se entero de la emergencia si el estaba en otra ciudad) para preguntar que pasaba y que estabamos haciendo y para recalcarme que esos lotes de producción eran muy valiosos. Yo simplemente le conteste que habia una falla, que estabamos atendiendo y que no habia nada de que preocuparse porque nada iba a pasar a los lotes. Al final de la conversación uno de mis colegas me dijo: "Me asombra tu temple O., yo ya estaría pegando de gritos y no le hubiera contestado al jefe, sino hasta que se solucionara esta situación". En verdad no entendi su postura sino hasta despues, en fin.

Arreglamos el problema y entonces anunciamos al resto de la planta que todo estaba normal. Más tarde le envie un mensaje a mi jefe (sabia que estaba ocupado y que no iba a poder responder el telefono) diciendole que todo habia salido bien, que todo operaba con normalidad y que los lotes no habian sido afectados.

De regreso a casa platique con mi esposa de esto y me dijo que que bueno que todo habia salido bien, de repente sono mi celular anunciando un mensaje que decia "Gracias x lo de hoy, me dejaste tranquilo cuando hablamos, que tengas buenas noches, saludos a tu familia" y lo firmaba mi jefe. Creo que es la primera vez en los casi dos años que hemos trabajado juntos que me da las gracias. Pense que no me importaba, pero ahora se que muchas de las veces que he tenido ganas de dejar esto y dedicarme a otra cosa tiene que ver con que nunca se elogia mi trabajo ni el de mis colaboradores.

En fin, ojala nosotros podamos romper con esos modelos conductuales y digamos a nuestros hijos "corre", "desarma", "experimenta", "opina", para que cuando ellos sean adultos no tengan problema en decirle a su entorno, "Gracias" "Bien hecho" "Nada paso, que no se pueda arreglar"

O ustedes...¿que opinan?

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